Oración de San Francisco

La siguiente oración, conocida como la Oración de San Francisco, es perfecta para rezar cuando se busca vivir en paz y alegría. Como cristianos, la Biblia nos anima a "dejar que nuestra luz brille ante los demás, para que vean tus buenas obras y glorifiquen a tu Padre celestial" (Mateo 5,6).

Esta es una oración tan alentadora y edificante que nos enseña cómo podemos vivir como Jesucristo y servir a los que nos rodean, poniendo las necesidades de los demás en primer lugar.

Oración de San Francisco

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz,
Donde haya odio, déjame sembrar amor;
Donde haya injuria, perdón;
Donde hay duda, fe;
Donde hay desesperación, esperanza;
Donde hay oscuridad, luz;
Donde hay tristeza, alegría; 

Oh Divino Maestro,
Concédeme que no busque tanto
Para ser consolado como para consolar;
Ser entendido como entender;
Ser amado como amar. 

Porque lo que recibimos es en dar;
Es en el perdón que somos perdonados;
Y es al morir que nacemos a la vida eterna. 

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Señor , haz de mí un instrumento de tu paz! Que donde haya odio, yo pueda traer amor. Para que donde haya error, yo lleve el espíritu del perdón. Para que donde haya discordia, yo pueda traer armonía. Que donde hay error, puedo traer la verdad. Para que donde haya duda, yo pueda traer fe. Que donde hay desesperación, puedo traer esperanza. Que donde hay sombras, puedo traer luz. Para que donde hay tristeza, yo pueda traer alegría. Señor, concédeme que busque más consolar que ser consolado. Entender, que ser entendido. Amar, que ser amado. Porque es por el olvido de sí mismo que uno encuentra. Es perdonando que uno es perdonado. Es muriendo que uno despierta a la Vida Eterna.
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"Hazme un canal de tu paz, Donde haya odio, déjame llevarte tu amor, Donde haya daño, perdona, Señor , Y donde hay duda de la verdadera fe en ti. Hazme un canal de tu paz, Donde hay desesperación en la vida, déjame traer esperanza, Donde hay oscuridad, sólo luz, Y donde hay tristeza, siempre hay alegría. Concédeme, oh Maestro, que no busque nunca, Tanto para consolar como para consolar, Ser entendido como entender, Ser amado como amar con toda mi alma. Hazme un canal de tu paz, Es en el perdón que somos perdonados, En dar de nosotros mismos lo que recibimos. Y al morir, nacemos para la vida eterna. Concédeme, oh Maestro, que no busque nunca, Tanto para consolar como para consolar, Ser entendido como entender, Y amar como amar con toda mi alma. Hazme un canal de tu paz, Es en el perdón que somos perdonados, En dar de nosotros mismos lo que recibimos. Y al morir, nacemos para la vida eterna. Hazme un canal de tu paz."
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